Profesión de fe
Ni vuestro amor casposo
ni vuestras repulsivas zapatillas
ni vuestro andar por casa
me sirven para nada.
No quiero ni un segundo
de esa vida perdida que lleváis.
Rutinaria existencia de larvas que consumen,
sin pagar nada a cambio, lo que otros les dejaron
en su nido sombrío.
De vuestro aburrimiento, hermano de la muerte,
líbreme Dios. Mejor un tiro a tiempo.
La vida verdadera es fuerza y luz:
belleza, variaciones,
recompensas, trabajos,
pensamientos, sonrisas,
pesadillas, afanes,
aventuras o series de TV
cuyos maravillosos episodios
no se terminan nunca.
Y ya os he dicho que mandéis al cuerno
vuestra resignación.
Alguien pagó el rescate, os han manumitido,
ya sois libres.
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