Collage
Ni el Hado ni sus hilos
torcidos por la Parca.
Fumamos cigarrillos, leemos, hacemos punto,
para matar el tiempo o para herirlo
gravemente siquiera.
Como quien se consume en la antesala
del temible dentista o en la peluquería
espera a que le laven la cabeza,
ansiamos la llegada
del instante final que nos redima
de tantos infortunios. Pero en vano.
Los actos de una vida: trocitos de papel
de diversos colores y texturas,
mariposillas leves
que al posar sus patitas engomadas
ya no pueden moverse de su sitio.
Cuando la última cae, el tiempo acaba
- aplastante o ligero- y el collage se termina.
No nos toca a nosotros juzgar el resultado
ni entenderlo.
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