DESOLACIÓN
Mis amores son tristes como el aire del campo
que vaga dando tumbos bajo el azul inmenso,
como el aullar del lobo en las noches de luna.
No encuentran madriguera ni gruta ni cobijo
que acurruque sus ansias en las terribles horas.
A la luna pregunto y al sol y a las estrellas
cuándo terminará esta dura porfía
y ellos responden: “Nunca.
No hay ninguna guarida que pueda protegerte
de tanta soledad”.
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