Viernes Santo
La primavera extiende sus dedos trasparentes,
como un millón de gotas,
sobre las hojas nuevas
del perejil que tiembla en mi ventana,
sobre los leves pétalos de la violas de oro,
azules o moradas,
cuya inerme dulzura
es imagen o cifra
de la vida inmortal.
Bendita lluvia clara y misericordiosa.
Oh divina belleza cayendo sobre el mundo.
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