CHURRUCA
Si te dicen que mi navío se ha rendido, di que he muerto.
Para Carlos Vallespín, mi cuñado
También en la derrota
la Gloria, madre amante,
favorece a sus hijos
y se los lleva al cielo que merecen.
Tu monumento aquí es el río perpetuo
formado por el llanto de tantos españoles
que, al recordar tu caso,
no pueden luego contener las lágrimas.
Todos morimos y no importa mucho
si es antes o después,
pero, en cambio, sí vale
el modo en que vivimos ese tiempo
-¿corto?, ¿largo?-
que nos hila la Parca.
Cosme Damián Churruca.
Sólo escribir tu nombre es un honor.
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